santidad. Un sermón por pastor David Cox sobre la santidad, segunda parte. Este sermón es una segunda parte del mismo tema de la Santidad. Este tema es de ser piadoso, santo, de ser en nuestro carácter y conducta lo mismo como Dios. Esto no es posible en sí sin primero entender como Dios es en su esencia, y luego pensar cómo Él (Dios) piensa. Esto es el punto de diferencia entre saber todo sobre la santidad y ser santo. Cuando uno piensa como Dios piensa, y es en su carácter como Dios es, entonces será santo. La santidad es más cómo es uno en su esencia, que una forma de conducta de imponerse. Si amamos a Dios con todo nuestro corazón, queremos ser como Él para tener comunión con Él. Esto es la motivación que falta tantas personas que fingen tratando de ser santos pero nunca alcanzan.
Mucha gente piensa que no son tan malos para que Dios les envíe al infierno. “No soy malo realmente, entonces ¿Por qué Dios me trata así? No, Dios no es tal persona para hacer tal cosa.
Nuestra situación delante de Dios no es uno en que juntamos todo lo malo a un lado de una escala divina, y todos nuestros pecados al otro, y a cual lado es más pesado, así decide adónde vamos. ¡No es así! Santiago 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Un solo pecado nos manda al infierno. Gente va a la cárcel por una sola infracción de la ley. Igual con la ley de Dios.
Soy bueno, ¿no voy al cielo?
Isaías 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
Cuando pensamos que no somos tan malos, estamos equivocados. Aun lo mejor entre nosotros no tiene justicia propia en los ojos de Dios. Todos hemos pecado, gravemente o ligeramente, pero todos hemos pecado.
Romanos 3:10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno. Eclesiastés 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque. No hay hombre o persona justo en los ojos de Dios. Todos somos pecaminosos, y rechazados por Dios porque rehúsan a Dios. No lo buscan a Dios realmente.
Cómo Escondernos para que Dios no nos juzgue
Col 2:14 anulando el acta de los decretos (la evidencia de nuestro pecado) que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, Cuando tenemos fe en Jesucristo, y esto es en su persona moralmente, y su obra en la cruz de salvar, entonces Dios esconda nuestros pecados de su vista cuando busca error en nosotros. Jesús es el único camino o forma por lo cual podemos ser salvo (Hechos 4:12; Jn 1:12-13; 10:1; 14:6 Jesús es el camino, el único camino al cielo y si no crees esto, moriréis en tus pecados Jn 8:24)
El Lugar Correcto de Obras
Ef 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. O sea, Dios nos manda a andar en buenas obras siempre. Somos salvos por la fe en Jesucristo, pero parte de esta salvación es también de ver la moralidad (buen carácter y obras que Dios manda) y seguir este camino en lugar del pecado.
1Co 6:9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. Porque no creemos en las buenas obras para darnos la salvación no es decir que no nos importa las buenas obras. El hombre no puede vivir un vacío. Hace bien o hace mal, pero siempre hace algo. Rom 13:14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. Somos diferentes cuando somos perdonados por Dios. Dejamos el pecado, y practicamos la justicia de Dios (nos vestimos de Jesús, o sea, ponemos el carácter de Jesús, que es el carácter moral de Dios), como nos mostró nuestra Salvador por su vida ejemplar. Llegamos a ser santos y piadosos por el poder del Espíritu Santo viviendo adentro de nosotros.