El cristiano y su dinero
Hoy en día, hay un grave error en el pensar de muchos cristianos, y este error es de pensar que la bendición de Dios sobre un hijo de Dios tiene a fuerzas que basarse en ser o hacerse rico. El pensar de muchos es que Dios tiene todo el dinero en el mundo, y soy un hijo de Dios, y Dios me ama, entonces Dios me va a dar todo lo que quiero.
En esta falsa línea de pensar, presumen incorrectamente que (1) está bien de juntarse todas las riquezas y dinero que se puede, y (2) es un deber en una forma que uno se enriquece como cabe lugar. Ellos enseñan que esto no es error, y es la voluntad de Dios para que ellos mismos puedan tomar provecho de los hermanos.
Fili 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
La peligrosa avaricia
Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. De una forma, hay valor eterno en posesiones terrenales, y se mide éxito y bendición por la cantidad de posesiones que uno puede juntarse.
La avaricia es idolatría, y grave peligro, que se trata de imponerse y dominar a nuestras vidas. Para ser cristiano, uno tiene que creer en las promesas de Dios. Cuando Dios nos promete riquezas en el cielo, tenemos que creerle. Cada persona inconversa agarra lo que puede de este mundo que él piensa que es de valor para él. Pero cuando uno viene a Cristo, Dios le ofrece algo de más valor, la vida eterna. Para agarrar la vida eterna, tiene que dejar lo que ya tiene.
El Falso Profeta y su Avaricia
2Pe 2:3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
El falso profeta se marca con su meta y objetivo de enriquecerse, pervirtiendo la Palabra de Dios para lograr sus fines. Él va a organizar su ministerio y manipular la situación para que llegue a fin de cuentas mucho dinero a su bolsillo. Su mente es puesta para esto sobre todo. No gasta dinero suyo si no es para al final enriquecerse en una forma.
Su control, influencia, predicación (como Balaam) son para su fin de juntarse las posesiones temporales de este mundo, porque su concepto de la eternidad no tiene nada de influencia con su cuenta en el banco.
Conclusión
Sí, los ministros que trabajan del evangelio deben vivir de lo mismo (1Co 9:14) de quien localmente (en la misma iglesia local) reciben los beneficios de su ministerio (Gal 6:6), pero no deben cobrarles. Debe ser de ofrenda voluntaria. Igualmente, los hermanos deben darle un buen salario (Mat 10:10), y doble si merece esto por la excelencia de su trabajo (1Ti 5:17). En ninguna forma debe demostrar en todo esto un afán o deseo para ser rico.
AUDIO “El cristiano y su dinero”
Folleto descargable: http://www.folletosytratados.com/iglesia/ig47-el-cristiano-y-su-dinero-2/
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